Las Suplicantes de Esquilo, versión resumida para estudiantes de secundaria.
Las suplicantes
adaptación
Tania Ruiz
Personajes
Dánao,
padre de las Danaides
Pelasgo,
rey de Argos
Mensajero
de los hijos de Egipto
Coro
de las hijas de Dánao
Corifeo
directora del coro
Sirvientas
La
acción se desarrolla en la playa cerca de Argos. Al fondo de la
orquesta hay una loma con las estatuas de Zeus, Poseidón, Herrases y
Apolo.
Corifeo:
Que Zeus nos vea con benevolencia pues andamos errantes; no porque la
ciudad nos haya condenado al destierro, sino que nos negamos a
casarnos con lso hijos de Egipto. Dánao, nuestro padre, nos aconsejó
huir a la tierra de Argos, aquí estamos, suplicando que nos acepten
y que echen a los hijos de Egipto antes de que pisen esta tierra.
Coro:
invocamos a Épafo, que el gran germen de una valiente madre nos
ayude a escapar del lecho de los varones, de lo contrario moriremos
colgadas.
Dánao:
hijas, deben ser juiciosas. Han llegado hasta aquí gracias a que
confían en mi. Ahora veo que se acerca un ejército, respondan con
palabras respetuosas, doloridas y vehementes, digan claramente que su
destierro está limpio de sangre. No se precipiten al hablar, la
gente de aquí es muy sensible. Un lenguaje altanero no conviene a
los débiles.
Corifeo:
tienes razón, padre, procuraré recordar tus sabios consejos.
Dánao:
ahora no te demores, y que triunfe mi plan.
(Llega
el rey acompañado de una escolta armada)
Rey:
¿De dónde vienen? No usan ropas helénicas, aunque tienen ramos
puestos juntos a las estatuas de los dioses, como es costumbre en los
suplicantes.
Corifeo:
tienes razón, somos suplicantes, pero yo ¿a quién hablo? ¿eres un
ciudadano, un mensajero o el jefe de la ciudad?
Rey:
soy el hijo de Palecton, jefe supremo de este país. Soy dueño de
toda la comarca. Ahora dime de cuál es tu linaje y explica tus
motivos para estar aquí.
Corifeo:
somos de raza argiva y simiente de una ternera prolífica.
Rey:
esas palabras son increíbles.
Corifeo:
¿No dicen que, en otro tiempo, existió una guardiana del templo de
Hera, Io?
Rey:
sí, es un rumor confirmado.
Corifeo:
y Zeus se unió con ella, aunque mortal
Rey:
y estos amores no escaparon a Hera
Corifeo:
¿y cómo acabaron esas peleas reales?
Rey:
la diosa de Argos transformó la mujer en ternera
Corifeo:
¿Y Zeus se acercó a la ternera cornuda?
Rey:
sí, tomó la forma de un toro semental
Corifeo:
¿qué hizo entonces la esposa del rey?
Rey:
ordenó a Argos que la vigilara, pero Hermes lo mató por indicación
de Zeus.
Corifeo:
¿qué otra cosa hizo Hera?
Rey:
Hizo que un tábano persiguiera y picara a la ternera, que llegó
hasta Canobo y Menfis
Corifeo:
y allí Zeus la tocó y nació Epafo, de quien desciende Libia y
Belo, que tuvo dos hijos y fue padre de mi padre.
Rey:
¿quién es tu padre?
Corifeo:
Dánao. Y ahora que conoces mi linaje nos puedes tratar como argivos
Rey:
¿Por qué dejaron la casa paterna?
Corifeo:
Porque no queremos ser esclavas de la raza de Épafo
Rey:
¿Cómo puedo ayudarlas?
Corifeo:
no devolviéndome a los hijos de Egipto si me reclaman
Rey:
Eso sería tan grave que puede provocar una guerra.
Coro:
hijo de Palecton, rey de los pelasgos, óyeme con corazón benévolo.
Mira a esta suplicante, es como una ternera que, perseguida por el
lobo, trepa a las rocas para defenderse y desde allí muge triste
para contar sus penas.
Rey:
No puedo hacer ninguna promesa antes de comunicar esto a todos los
ciudadanos.
Coro:
tú eres la ciudad, tú eres el pueblo, tú eres el dueño, tú lo
decides todo.
Rey:
no puedo ayudarlas sin dañar a mi pueblo. No sé que conducta
seguir, tengo miedo de actuar, de no actuar y de tentar al destino.
Si los hijos de Egipto tienen poder sobre ti, por la ley de su
ciudad, habrá que defender que según las leyes de tu país no
tienen ningún poder sobre ti.
Coro:
yo no quiero estar sometida al yugo de los hombres. Ante un
casamiento odioso huiré, la justicia será mi aliada.
Rey:
No es fácil tomar una decisión, debo consultar a mi pueblo. Si
ocurre algún mal no quiero que me reprochen que por honrar a unos
extranjeros perdí la ciudad. No quiero en Argos una lucha de
represalias. ¿No te parece que es necesario un pensamiento salvador?
Coro:
Piensa, pues, y sé un patrono piadoso, no nos traiciones.
Corifeo:
tengo lazos y cinturones para sostener mis vestidos, si no me ayudas
los usaré para colgarme lo más rápidamente posible.
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