Quinta parte aquí
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Primera parte aquí
Elena: Pues no lo hubiera juzgado, cuando lo conocí yo tenía 32 años y antes de casarme ya había estado en otros brazos.
Luisa: Esa es otra metáfora porque no te refieres sólo a los brazos.
Elena: claro que no, pero así se oye más elegante.
Hortencia: ¿quiere decir que tú ya habías...
Luisa: ¿amado a un hombre? sí, algo muy cálido y turbador se había despertado dentro de ella.
Hortencia: ¡pero si te casaste de blanco!
Amelia: ¿pero cómo es posible que sea tan espontáneamente pendeja?
Carlota: fue una ceremonia íntima, todos brindaban por la novia.
Hortencia: ¿de verdad tu ya?
Elena: ¡ay sí! yo ya.
Luisa: y probablemente ya, ya, ya, ya, ya...
Elena: oye no, sólo ya, ya.
Hortencia: no se te notaba nada. Pero tu boda fue como un sueño, te veías tan feliz y tan ilusionada.
Elena: era feliz y estaba ilusionada. Por cierto al día siguiente te esfumaste y fue muy difícil localizarte en Houston.
Carlota: y eso que debe ser de las más famosas en todo el estado.
Luisa: pero en las altas esferas nada más.
Carlota: Felicidades.
Luisa: gracias. Tengo mi cualtel general en Houston, es el mejor lugar para mi profesión: 11 millonarios por kilómetro cuadrado.
Hortencia: pero entonces, ¿de verdad eres...
Luisa: ¿qué?
Carlota: puta de lujo.
Luisa: sí.
Hortencia: no te creo
Luisa: de verdad. Te lo prometo.
Hortencia: eras la más rebelde del colegio, ¿cómo puedes soportar esa humillación constante?
Luisa: pues a mí me parece mejor que estar soportando al mismo hombre todas las noches como hacen ustedes las casadas después del primer año de matrimonio.
Amelia: ¡ay qué optimista!
Hortencia: pero en el matrimonio tenemos la lealtad, la comprensión o sea...
Amelia: el aburrimiento.
Carlota: el amor físico no hay que entenderlo Hortencia, se siente y da.
Luisa: muy bien dicho, el amor no te lleva a ninguna parte.
Hortencia: A mi me lleva a donde quiero llegar: a la familia, a la seguridad, pero ustedes hablan de acostarse como si fuera la cosa más fácil del mundo.
Elena: con buena voluntad por ambas partes tampoco es tan difícil.
Hortencia: prescindiendo del misterio, de la ilusión, de la ternura.
Luisa: para mi esas tres cosas son imprescindibles: ¿qué me irá a regalar este tipo? el misterio; te compré un anillo de 10 kilates, la ilusión; adiós mi amor, todo estuvo maravilloso, pero se acabó, esa es la ternura.
Hortencia: eres de un cinismo exagerado.
Carlota: fuera de bromas, es cierto. El amor y el sexo no tienen nada que ver, cuando los mezclas es cuando viene el drama.
Hortencia: ¿y nunca pueden ir juntos?
Amelia: sí, de vez en cuando, es lo que hacen los hombres y ahí los tienes, son los reyes del mundo.
Hortencia: es repugnante lo que están diciendo y absolutamente inmoral.
Carlota: el reglamento sexual lo han inventado los hombres y a partir de ahí la vida dejó de ser buena para las mujeres.
Amelia: y fue entonces cuando tuvimos que adoptar los antídotos: adulterio, fingimiento, píldora y divorcio.
Hortencia: como siempre ustedes tratan de escandalizarme: aquí estamos 3 mujeres casadas desde hace más de 10 años y las tres tontamente fieles.
Amelia: ¡ay sí, cómo no!
Elena y Amelia: (cantan para burlarse de Hortencia) la donna e mobile cual pluma al vento mutta luccento e di pensiero.
Hortencia: otra vez se están burlando de mí ¡no puedo creerlo!
Elena: no te enojes, sólo estábamos bromeando.
Amelia: oye mi vida ¿de verdad no te duele ser tan pendeja?
Carlota: vete, ¿cuándo aprenderás a mantener tus decisiones? en el colegio también te manejábamos a nuestro antojo.
Hortencia: pero el colegio se acabó, yo era la obediente, la buena de la clase y ustedes se burlaban de mí, pero ahora no son más que una mujeres solas y asustadas al borde de los cincuenta.
Macaria era "Carlota" en la obra Entre Mujeres |
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